Paula Acevedo Zambrano reflexiona sobre el impacto de TikTok

Qué fácil es encariñarse de algunos de los personajes que hay en TikTok. ¿Por qué a millones de personas nos hace felices ver cada día a un kiosquero sevillano hablando con los chiquillos? ¿Por qué otros tantos estamos enganchados al bueno de Ginés, ese señor que se prepara bocadillos gigantes mientras trabaja el campo?

Porque el contenido nativo de TikTok nos conecta con los creadores: nos sentimos dentro de ese kiosco o sentaditos en el campo junto a Ginés. Puede que ayude que no hay trampa ni cartón (en algunos casos sí, pero de esos que triunfan hay pocos) no hay postproducción y, en general, los creadores de contenido que más triunfan tienen un concepto creativo muy definido que, por lo general, no requiere de las best practices audiovisuales a las que veníamos acostumbrados en otras plataformas.

En TikTok no entras a aprender, pero sales entendiendo cómo es el día a día de una persona con tics nerviosos agudos o de una madre soltera con tres hijos. ¿En qué momento nos hemos interesado por temáticas tan lejanas a muchos de nosotros? En el momento en el que se muestran desde el entretenimiento y no desde la distancia informativa.

Por eso, desde Platanomelón hemos basado nuestra estrategia en esta red social en la divulgación y el entretenimiento, mostrando la realidad de la sexualidad. Hablando de sexo con torpezas, de sexo con la menstruación y de un sinfín de particularidades que difieren mucho del sexo que vemos en las películas. Y, gracias a este rumbo, hemos construido en TikTok una comunidad de más de un millón de personas con interés por consumir contenido sobre bienestar sexual de la mano de expertos y expertas.

El éxito en la plataforma ha venido acompañado de muchos desafíos. TikTok no es precisamente el mejor amigo de las temáticas sexuales y son muchos los límites que debemos respetar (o sortear) para que el contenido se considere apto. Este es, sin duda, uno de los grandes challenges que tenemos desde Platanomelón en la plataforma. Pero hasta los límites en una red tan viva se convierten en un reto creativo, y es increíble ver cómo creadores de contenido camuflan sus juguetes sexuales para poder enseñarlos en forma de elemento decorativo o incluso de utensilio de cocina.

El futuro de esta red social dependerá mucho del plan que tenga el señor TikTok para las marcas, pero es mucho más fácil surfear las olas algorítmicas teniendo una estrategia clara: hablar de sexo real en una plataforma en la que lo que nos mantiene conectados es la realidad de sus creadores de contenido.

Paula Acevedo Zambrano, Directora de Comunicación de Platanomelón

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