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En un contexto empresarial en constante evolución, la necesidad de adaptarse a las demandas del consumidor y personalizar los servicios ha impulsado una reflexión profunda sobre la importancia de la innovación. Hoy en día, las organizaciones no solo buscan optimizar sus procesos, sino también crear culturas que fomenten la experimentación constante y la adaptación a los nuevos retos del mercado.
El reciente episodio del podcast Digital Talks, de t2ó, trae una conversación reveladora sobre estos temas con David Alayón, CEO de Innuba, una consultora especializada en innovación social. En su charla, Alayón profundiza sobre cómo la innovación está transformando el panorama laboral y cómo las empresas deben gestionar la incertidumbre del mercado actual mientras cultivan los perfiles profesionales adecuados para afrontar los desafíos del futuro.
Desde su perspectiva como experto en innovación, Alayón destaca que la clave para afrontar los retos del mercado laboral no se encuentra únicamente en las herramientas tecnológicas o metodologías específicas, sino en una verdadera cultura de innovación que impregne todas las áreas de una organización. Para él, la innovación es mucho más que la creación de productos disruptivos; es una estrategia organizacional que debe ser entendida como un conjunto de competencias, actitudes y aptitudes que faciliten la adaptabilidad.
«Yo veo la innovación como un tipo de cultura, una estrategia corporativa, un conjunto de competencias que nos permiten adaptarnos a un contexto cada vez más complejo. No se trata solo de generar cosas nuevas, sino de tener la capacidad de aprender constantemente, desarrollar competencias transversales y no solo conocimientos verticales», explica Alayón.
El CEO de Innuba hace una llamada a la hibridación de habilidades, un concepto que considera esencial en el contexto actual. Según él, el mercado laboral está en una encrucijada entre dos modelos: los especialistas hiperformados en un área y los generalistas, aquellos con conocimientos amplios, pero no tan profundos. En su opinión, lo ideal es que los profesionales sean neo-generalistas, personas con áreas de expertise diversificadas, capaces de combinar su conocimiento específico con competencias más amplias que les permitan enfrentarse a retos complejos.
La cultura de innovación: Un camino para la mejora continua
Una de las preguntas clave que abordaron en el podcast es cómo las empresas pueden fomentar una verdadera cultura de innovación, no solo mediante el uso de herramientas avanzadas, sino a través de un proceso continuo de aprendizaje y experimentación. Alayón insiste en que, para cultivar esta cultura, es necesario cambiar la mentalidad tradicional que suele ver la innovación como un área aislada o un gasto innecesario.
«A menudo se piensa que la innovación es solo algo disruptivo, radical o que implica grandes inversiones. Pero existen diversas tipologías de innovación, como la innovación incremental, que tiene un horizonte temporal mucho más cercano y está más vinculada a una mejora constante en los procesos. No todo en la innovación tiene que ser revolucionario. La innovación incremental, por ejemplo, es un proceso que cualquier persona en la organización puede impulsar», sostiene Alayón.
Este enfoque en la innovación incremental es clave para aquellas organizaciones que desean promover una cultura de mejora continua. Según el experto, uno de los mayores obstáculos para lograrlo son los líderes y culturas organizacionales que no permiten el error como parte del proceso de aprendizaje. Para fomentar una cultura de innovación, las empresas deben ser capaces de celebrar el fracaso como una oportunidad para aprender y ofrecer espacios de experimentación donde los empleados se sientan cómodos probando nuevas ideas.
Alayón también resalta la importancia de pequeños cambios constantes, aquellos que siguen el principio de la ley de las ganancias marginales, que asegura que las pequeñas mejoras continuas son más efectivas a largo plazo que los cambios drásticos y repentinos.
Los nuevos perfiles profesionales: el valor de la hibridación
En cuanto a los perfiles profesionales que las empresas necesitan, Alayón habla de la importancia de perfiles transversales que puedan facilitar la innovación en todas las áreas de la organización. Para él, la tendencia de crear departamentos de innovación aislados del resto de la empresa es un error conceptual. La innovación debe estar presente en todos los niveles y roles de la organización.
«Para el 70 o 80% de las innovaciones, no hace falta un departamento aislado de innovación. La clave está en incorporar perfiles transversales que actúen como facilitadores de la innovación dentro de las organizaciones. Estos roles tienen la misión de conectar áreas dispares y facilitar el flujo de ideas, evitando que se generen silos de conocimiento«, apunta.
Este enfoque subraya la importancia de los neo-generalistas, aquellos profesionales con experiencia en diversas áreas que pueden aportar un enfoque multidisciplinario a los proyectos. En lugar de especialistas demasiado enfocados en un único campo, las empresas necesitan empleados con la capacidad de integrar diferentes perspectivas y enfoques para abordar los problemas desde distintos ángulos.
A la hora de identificar las habilidades y competencias más valoradas por las empresas, Alayón hace referencia a un modelo ampliamente difundido por el World Economic Forum en su informe sobre el futuro del trabajo. Según el experto, las competencias clave para los próximos años estarán centradas en cuatro áreas principales: el pensamiento cognitivo, la flexibilidad emocional, la capacidad para trabajar en equipo y, por supuesto, las habilidades tecnológicas.
En primer lugar, Alayón resalta la importancia de habilidades cognitivas como el pensamiento crítico, analítico y creativo, esenciales para resolver problemas complejos y generar soluciones innovadoras. En segundo lugar, el autoconocimiento y la resiliencia son fundamentales para adaptarse a la constante transformación del mercado laboral. Además, Alayón subraya que los empleados deben ser capaces de aprender, desaprender y reaprender, un proceso al que se refiere como flexibilidad cognitiva.
«Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer o escribir, sino los que no sepan aprender, desaprender y reaprender», cita Alayón, haciendo referencia a una famosa frase de Alvin Toffler. En este sentido, la capacidad de adaptación y de manejar la incertidumbre es clave para navegar los cambios del mercado laboral.
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